Desde hace 73 años el río Mololoa, ubicado en Nayarit, recibe aguas negras, es una cloaca a cielo abierto. Por él viaja agua turbia y a su paso recibe efluentes de olor intenso semejante al del huevo podrido, aunque eso no impide que sea el lugar donde confluyen garzas blancas y otras especies.
En el recorrido que realiza el río Mololoa para salir de la ciudad, hay casas con tubería que descarga en él, seguido de matorrales, frascos de glifosato (herbicida agrícola), escombro, ropa, llantas de automóviles y enormes cantidades de espuma.